¿Qué es el EVA? (Economic Value Added)

Hoy volvemos sobre un criterio para analizar la creación de valor es mediante el valor económico agregado, conocido por sus siglas en inglés EVA® (Economic value added) en castellano: Valor Económico Agregado. Es la medida financiera del desempeño que se aproxima más que cualquier otra a capturar la ganancia económica verdadera de una empresa, según palabras de sus ideólogos, Stern Stewart & Co.

Con la contabilidad convencional, hay muchas empresas que son apetecibles para el inversionista, sin embargo no lo son. Hasta que la empresa no retorne una ganancia superior al coste de su capital estará perdiendo valor. No importa si a la empresa le queda un beneficio después del pago de impuestos positivo, la empresa estará devolviendo a la economía menos de los que consume en recursos. En este caso estará destruyendo valor, nunca creándolo. Con el EVA se corrige este error, ya que, explícitamente, reconoce que el capital utilizado deberá de ser retribuido como si se tratase de un salario más.

El EVA es pues, una medida interna de la rentabilidad de una empresa, que podría definirse como la diferencia entre los ingresos y los gastos, incluyendo en estos últimos el coste de oportunidad del capital y los impuestos. Se utiliza como un instrumento al alcance de los directivos para evaluar el resultado de sus propias decisiones. El valor de la empresa está compuesto por la capacidad que manifiesta de generar recursos que superen su coste de capital y el total de sus inversiones. De alguna manera, el EVA aporta una ventaja adicional como indicador, sobre el uso del beneficio, pues depura el resultado obtenido por la empresa con la cantidad y el riesgo de los recursos utilizados para obtenerlo.

Cada vez más, la empresa está obligada a saber donde, exactamente, se crea valor con la gestión de su equipo directivo y donde se destruye. Si se hiciera un estudio detallado, se comprobaría que casi un 80% de las empresas no es capaz de valorar cuáles son los puntos fuertes y débiles de su gestión.

El EVA, como medida interna de la capacidad de la empresa de crear valor, proporciona un método simple que estaría al alcance de la mayoría de compañías, para poder valorar su gestión. La fórmula sencilla para poder calcularlo sería como se detalla a continuación:
BAIdT: Beneficio antes de intereses y después de impuestos.
WACC: Coste Medio Ponderado del Capital.
El resultado obtenido vendría a ser un beneficio económico agregado, que equipara de alguna forma los objetivos de la dirección y los empleados con los de los accionistas.
Si EVA > 0 - Se crea valor, los inversores dirigirán sus flujos de capital hacia la empresa.

Si EVA < 0 - La gestión de la empresa destruye valor, los inversores reducirá los flujos de activos hacia la empresa.

Los aumentos del EVA vendrán originados por aumentos del BAIdT, por disminuciones de los activos utilizados por la empresa o por disminuciones del coste medio ponderado del capital (WACC). Actividades como retrasar la realización de nuevos proyectos, o amortizar los activos por valores inferiores a las debidas, incrementan el valor del EVA a corto plazo. Pero si la política de la empresa está ligada a la maximización del EVA, por estos motivos, podemos encontrarnos problemas en el largo plazo. 

En un post anterior ya colgué un ejemplo sobre el cálculo del EVA. Si queréis, os remito a ese post para poder ver de manera práctica como calcularlo: HAZ CLIC AQUÍ.

También podríamos calcular una variación del EVA como la diferencia entre el ROA y el WACC, multiplicada por el valor contable por acción (VCA). De esta manera estaríamos midiendo el valor adicional que se obtiene en la inversión al restarle a la rentabilidad bruta el coste de utilización de los recursos financieros, tanto propios como ajenos, que está recogido en el WACC.



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