Entre dos mundos



Cuando la botella está medio llena o medio vacía empiezan las divergencias. Esto ocurre en los dos libros que he leído estos días: “España destino Tercer Mundo” y “El Tiburón de 12 Millones de Dólares”. Son visiones contrapuestas de un mundo real. Si compartes una de estas visiones, la otra te resultará fantasiosa.
La primera recomendación es “España destino Tercer Mundo (2012)”, del periodista Ramón Muñoz, que intenta descubrirnos el engaño de la élite dirigente y su aprovechamiento del sistema para empobrecer cada vez más al resto. Vaticina la desaparición de la clase media y culpa de ello a políticos, banqueros, medios de comunicación y demás troupe que acompaña a este tipo de personajes. No hay escapatoria. La muerte del estado del binestar es inminente, y en concreto, en España ya está agonizando. Es un libro fácil de leer y que aporta suficientes argumentos para defender sus tesis. Sin embargo, colabora un poco con el sistema que el mismo Muñoz critica, al transmitirnos todo este mensaje a través del gran monstruo editorial que es Planeta.
El segundo libro, una visión totalmente radical, en cuanto que solo puede ser compartida por apenas el 1% de la población mundial, de la mano del economista Don Thompson: “El Tiburón de 12 Millones de Dólares (2008). Nos enseña a como tenemos que invertir nuestro dinero en el mundo del arte contemporáneo. Eso sí, tienes que estar dispuesto a gastarte como mínimo, miles de euros en una obra si quieres participar. Las cifras en la mayoría de los casos se disparan a importes millonarios, como los 12 millones del título que se pago por un tiburón tigre disecado y metido en una vitrina gigante de cristal, que el artista Damien Hirst bautizo como “La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo”. En la época que estamos, saber que todavía hay gente que puede pagar tal cantidad por un pescado muerto, y ni siquiera es para comérselo, cuando menos no deja de ser sorprendente. Habla también de obras de Warhol, Bacon, Emin, Royhko, Bhabha, Basquiat o Koons  entre otros, del behind the scenes de las grandes casas de subastas y los marchantes de arte. Un mundo que está vetado para los protagonistas del primer libro recomendado.
Ambas lecturas no os dejaran indiferentes. Yo leí primero la de Thompson y después la de Muñoz. Sin embargo, creo que el orden correcto de leída sería el inverso. Así entenderemos el estrés de la élite dirigente a la hora de escoger una obra de arte exclusiva que mostrar en el salón de su casa. No solo tienen estrés los desempleados que no tienen dinero para comer. 

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